Quemaduras de primer grado
Afectan la capa superficial de la piel o epidermis. Suelen ser causadas por el sol o fuentes de calor, líquidos calientes y sustancias abrasivas. Se manifiesta con ardor, ampollas, enrojecimiento, piel reseca, descamación, inflamación leve y sensibilidad.
Quemaduras de segundo grado
Pueden ser superficiales o profundas. Las superficiales afectan la primera y parte de la segunda capa de la piel. Se manifiesta con ampollas e intenso dolor. Su aspecto es similar al de las quemaduras de grado uno, pero la lesión es más profunda. Por su parte, las quemaduras profundas afectan la primera, segunda y capa media de la piel, las glándulas sudoríparas y productoras de grasa. Se manifiesta en los peores casos con carbonización y pérdida de piel localizada.
Quemaduras de tercer grado
Destruye todas las capas de la piel, nervios, vasos sanguíneos y linfáticos, folículos sebáceos y glándulas sudoríparas. Es indolora y la piel pierde su capacidad de regenerarse. Se manifiesta con pérdida de la piel, apariencia de cuero, manchas negras, cafés y blancas, se puede ver la grasa subcutánea, hay edema, necrosis y sobre-infección.
Quemaduras de cuarto grado
Daño en músculos, ligamentos, tendones y huesos. Caída de miembros por necrosis severa. Suelen presentarse en quemaduras por frío extremo y congelación, descarga eléctrica o gran exposición al fuego. Puede desembocar en necrosis y posterior pérdida de las extremidades (brazos o piernas). Las posibilidad de supervivencia son muy bajas e implica extensos injertos de piel si es que se logran salvar los miembros afectados.
Quemaduras de quinto grado
Pérdida total del hueso por calcinación. La única medida para salvar la vida del paciente es la amputación si la quemadura se da en extremidades.
Quemaduras de sexto grado
Carbonización de todos los huesos. Muerte inevitable. Su diagnóstico es post mórtem.
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